domingo, 27 de noviembre de 2016

LOS NUEVOS DUEÑOS DEL PERÚ: EL CRIMEN ORGANIZADO


William Palomino.
Abancay, Peru. 27-11-2016.

"...solo la muerte es gratis,
todo lo demás cuesta dinero 
y eso incluye protección, paz y tranquilidad".

Bertold Brech en su obra "el levantamiento resistido de Arturo Ui, Acto 7, 1988) dice, "nada fue inventado, nada es nuevo y nada está hecho a tu medida, el gangster se mueve en el ambiente que le preparamos, eso lo sabe todo el mundo".
Antes de los 70's, los dueños del Perú eran los gamonales y terratenientes. Carlos Malpica los identifica y describe en su libro "Los dueños del Perú", ellos monopolizaban y explotaban la tierra y a sus peones (semiesclavos). Pero contrario a lo que se cree, Velasco que fue ex jefe de inteligencia del Ejército que liquidó en menos de 3 meses a la guerrilla del 65, no desapareció al gamonalismo ni a los terratenientes, sino los salvo de una poderosa revolución campesina en preparación que inevitablemente se venia el 80. Los gamonales desplazados por la reforma agraria de la dictadura militar, especialmente los de la costa, fueron la base para el fortalecimiento de la nueva oligarquía.
El imperialismo y sus brazos financieros como el Banco Mundial, FMI, USAID y BID, impulsaron la toma del poder por la mafia fujimontecinista que desde el inicio implantó bajo la bota militar el capitalismo neoliberal como forma dominante de organización política y económica de nuestros tiempos. Todo lo que tenían que hacer es implementar una receta económica de hambre, desempleo y explotación, nada nuevo como dice Brech. Lo importante, sin embargo es notar que ese gobierno, luego de ejecutar el golpe militar el 92, gobernó como crimen organizado (mafia) al servicio de la oligarquía que se beneficio y enriqueció de sus medidas legislativas y decretos dictatoriales. La dictadura fujimontecinista es la fuente de energía, la luz de los nuevos ricos del Perú a expensas de una población víctima de pobreza material y cultural.
Lo que existe en Perú es una alianza estado-crimen organizado, un estado corrupto y grupos oligárquicos actuando como mafias (sobornan a funcionarios públicos y por medio de sus lobbies promueven leyes que les favorece).
Bajo este sistema neoliberal de convivencia, el estado es débil y la oligarquía fuerte, una condición necesaria para la emergencia no sólo de las mafias sino también de las ONGs del imperialismo y su ideología contrarrevolucionaria. Es en esa situación que se realizan privatizaciones, concesiones y la cultura de corrupción a granel a nivel local, regional y nacional. La corrupción es el oxígeno que les da vida. Ninguno de estos "nuevos" millonarios están limpios, todos amasan sus riquezas utilizando al estado corrupto para su beneficio, además de pagar salarios de hambre y explotar a los trabajadores. Ni decir de las exoneración de impuestos y la impunidad ambiental.
Y todo este monstruoso sistema es defendido a sangre y fuego por el estado "débil" en su relación con las mafias oligárquicos pero muy fuerte para reprimir a sangre y fuego a su propio pueblo. Como dice Max Weber, "el estado es aceptado por la sociedad como el único que puede ejercer el monopolio legítimo de la violencia física dentro de su territorio".
Stalin en la URSS y Mao en China rompieron la relación estado-oligarquía (en el Perú crimen organizado), con un estado socialista poderoso. Limpiaron de raíz la corrupción fusilando a los capos de los carteles financieros y de las drogas. Sacaron a sus pueblos de la pobreza y opresión. Stalin hizo de la URSS una superpotencia mundial y Mao con la gran revolución proletaria cultural dio un salto del feudalismo al socialismo con un desarrollo humano jamás visto en la historia de la humanidad.