LA
FUNDACION GATES EN AFRICA.
BILL GATES HIZO MAS DINERO EN AFRICA QUE EN MICROSOFT
BILL GATES HIZO MAS DINERO EN AFRICA QUE EN MICROSOFT
Por Raymont Lotta
11-01-2016.
11-01-2016.
En
un estudio de la expansión del imperialismo de Estados Unidos por todo el
mundo, examinemos el ejemplo de la Iniciativa del Café de la Fundación Gates en
Etiopía, un país empobrecido del Cuerno de África. Bill y Melinda Gates dicen
que lanzaron iniciativas como ésta porque les horrorizó la generalización de la
muerte y las enfermedades que vieron en su primera visita a África. En su
opinión, tal sufrimiento era “innecesario” y una filantropía ilustrada podría
ponerle fin.
Hoy
el multimillonario Bill Gates promueve el tipo de inversiones y reformas
estructurales financiadas por su fundación como un modelo para los gobiernos y
otros capitalistas multimillonarios filantrópicos. Un artículo del sitio web de
su fundación, “How Good Coffee Becomes Good Business for African Farmers” (Cómo
el buen café se transforma en buen negocio para los productores africanos),
dice que los préstamos ofrecidos a los agricultores etíopes han “ayudado a
miles de pequeños agricultores del Este de África” a tener “acceso a conocimientos
técnicos, servicios de procesamiento y molienda profesionales, mercados fiables
[y] capital circulante”. Y para coronarla, estos pequeños agricultores ofrecen
una fuente fiable de café de alta calidad a los consumidores estadounidenses.
Gates sostiene que se puede y se debería lidiar con las enormes crisis ante la humanidad, como la pobreza y el cambio climático, con una extensa regulación gubernamental y masivas obras filantrópicas como la suya.
Para dar ese paso adelante, se podría argumentar, y muchas veces sí se argumenta, que Estados Unidos debería usar su gran riqueza para satisfacer las necesidades humanas, al invertir en proyectos que pagan un salario digno y mejoran la situación de los pobres, y dejar de destinar $600 mil millones a las fuerzas armadas, una cantidad que representa la mitad del presupuesto discrecional de Estados Unidos este año.
Gates sostiene que se puede y se debería lidiar con las enormes crisis ante la humanidad, como la pobreza y el cambio climático, con una extensa regulación gubernamental y masivas obras filantrópicas como la suya.
Para dar ese paso adelante, se podría argumentar, y muchas veces sí se argumenta, que Estados Unidos debería usar su gran riqueza para satisfacer las necesidades humanas, al invertir en proyectos que pagan un salario digno y mejoran la situación de los pobres, y dejar de destinar $600 mil millones a las fuerzas armadas, una cantidad que representa la mitad del presupuesto discrecional de Estados Unidos este año.
Examinemos
el trabajo de la Fundación Gates en Etiopía, y de ahí veamos lo que esto revela
acerca de la naturaleza de la inversión capitalista-imperialista.
¿De
dónde proviene el dinero de la Fundación Gates?
¿Cómo funcionan las obras filantrópicas como la Iniciativa del Café de la Fundación Gates?
¿Cómo funcionan las obras filantrópicas como la Iniciativa del Café de la Fundación Gates?
Lo
primero que Gates omite de sus materiales promocionales es que la financiación
de las inversiones que hace su fundación requiere inversiones rentables. Para
continuar generando fondos para financiar sus proyectos benéficos o de menor
rentabilidad, la Fundación Gates necesita obtener un rendimiento de
aproximadamente el 5 por ciento en sus inversiones. Ese tipo de rendimiento no
se obtiene invirtiendo en pequeñas granjas de café en Etiopía.
La
Fundación Gates “invirtió $423 millones en compañías petroleras, cuya
contaminación de la delta [de Nigeria] literalmente mata a los niños a quienes
la fundación quiere ayudar. [La fundación] tiene en cartera vastas cantidades
de valores en compañías farmacéuticas que fijaron precios para las drogas
contra el SIDA de tal manera que estaban fuera del alcance de las desesperadas
víctimas a quienes la fundación quería salvar. Benefició sobremanera de las
entidades crediticias depredadoras cuyas prácticas llevaron a la Gran Recesión,
y de fabricantes de chocolate que, según el gobierno estadounidense, han
apoyado la esclavitud de niños en la Costa de Marfil”. La fundación “tiene en
cartera más de $1.2 mil millones de activos de una lista negra de
corporaciones, entre ellas BP, Royal Dutch Shell y Exxon Mobil, cuya
expoliación ambiental impulsa el cambio climático”. ("How the Gates
Foundation’s Investments Are Undermining Its Own Good Works: Its vast holdings
in the fossil fuel and arms industries subvert the foundation’s battle against
disease and poverty” [en inglés, Cómo las inversiones de la Fundación Gates
minan sus propias buenas obras] de Charles Piller, The Nation, 22 de agosto de
2014)
Si una persona le confrontara a Gates sobre esto, es probable que él respondiera, y acertadamente, que si su fundación no invirtiera en esos proyectos esclavizantes y explotadores que destruyen el medioambiente, no habría ganancias para financiar sus obras benéficas. E incluso si él dejara de invertir en dichos proyectos, otra persona invertiría en ellos. Así son las reglas del juego.
Si una persona le confrontara a Gates sobre esto, es probable que él respondiera, y acertadamente, que si su fundación no invirtiera en esos proyectos esclavizantes y explotadores que destruyen el medioambiente, no habría ganancias para financiar sus obras benéficas. E incluso si él dejara de invertir en dichos proyectos, otra persona invertiría en ellos. Así son las reglas del juego.
Lo
que Estados Unidos lleva al mundo: El capitalismo imperialismo
Sean como sean las intenciones de Gates, los cambios que resultan de los proyectos sin fines de lucro realizados por su fundación (o por el gobierno estadounidense) se ven eclipsados y minados, por mucho, ante el horrible funcionamiento general del sistema capitalista imperialista. (Además, tales obras benéficas son objetivamente parte de mantener la legitimidad del sistema en general.)
Sean como sean las intenciones de Gates, los cambios que resultan de los proyectos sin fines de lucro realizados por su fundación (o por el gobierno estadounidense) se ven eclipsados y minados, por mucho, ante el horrible funcionamiento general del sistema capitalista imperialista. (Además, tales obras benéficas son objetivamente parte de mantener la legitimidad del sistema en general.)
En
segundo lugar, incluso si tales proyectos se motivan por el deseo de reducir la
pobreza mundial, se realizan mediante el sistema de capitalismo imperialismo y
refuerzan las relaciones económicas, políticas y sociales del mismo. A eso se
refiere la fundación cuando dice que dará a los pequeños agricultores un mayor
“acceso a conocimientos técnicos, servicios de procesamiento y molienda
profesionales, mercados fiables [y] capitales activos”. De este modo esos
proyectos terminan por intensificar la pobreza y desigualdad mundiales, y la
dominación de un puñado de potencias imperialistas como Estados Unidos.
Imperialismo
quiere decir enormes monopolios e instituciones financieras que controlan las
economías y sistemas políticos —y la vida de la gente— no solamente en un país
sino en todo el mundo. Imperialismo quiere decir explotadores parasíticos que
oprimen a centenares de millones de personas, condenándolas a incalculable
miseria; financistas parasíticos capaces de hacer pasar hambre a millones
simplemente presionando una tecla de una computadora y trasladando de esa
manera grandes cantidades de riqueza de un lugar a otro. Imperialismo quiere
decir guerra —guerra para suprimir la resistencia y rebelión de los oprimidos,
y guerra entre los estados imperialistas rivales—, quiere decir la capacidad de
líderes de estos estados de condenar a la humanidad a increíble devastación,
quizás hasta la aniquilación total al oprimir un botón.
El
imperialismo es el capitalismo en la etapa en que sus contradicciones básicas
han alcanzado un nivel extremadamente explosivo. Pero el imperialismo también
significa que habrá revolución —el levantamiento de los oprimidos para derrotar
a sus explotadores y atormentadores— y que esta revolución será una lucha
mundial para barrer a ese monstruo global, el imperialismo.
La
Iniciativa del Café de la Fundación Gates ejemplifica eso. No ha puesto fin al
hambre en Etiopía, sino de muchas maneras lo ha aumentado. Actualmente, 8.2
millones de etíopes están al borde del hambre, hasta la inanición, sin acceso
fiable a suficientes alimentos saludables a precios asequibles. La causa
inmediata es una severa sequía (intensificada por el devastador impacto que el
imperialismo ha tenido en el clima mundial), pero también lo es el dominio del
capitalismo sobre la producción de comestibles en el mundo. La inversión en el
café impulsa a más productores a producir cultivos para la exportación a los
países ricos, en lugar de producir alimentos asequibles para los etíopes,
aunque millones de etíopes pasan hambre. Además, hacen que Etiopía dependa cada
vez más en alimentos importados y deja el país a la merced de los vaivenes y
crisis del capitalismo mundial.
Además,
invertir en la caficultura moderna con destino a exportación distorsiona y
desequilibra del desarrollo de la infraestructura en países como Etiopía. Se
desarrollan la financiación, el transporte y las comunicaciones necesarias para
poder invertir en el café de exportación y para producirlo y transportarlo,
mientras que la población hambrienta de una parte de Etiopía no tiene acceso a
los comestibles producidos en otra parte. (Véase “Ethiopia’s agriculture boom
yields a bare harvest for poor as El Niño bites: Ethiopia may be portrayed as
an emerging African powerhouse, but prolonged drought has left 8.2 million
people facing a major food security crisis” [El auge agrícola en Etiopía rinde
una cosecha reducida para los pobres ante el acecho de El Niño], en el Guardian,
26 de octubre de 2015).
El
funcionamiento anárquico del capitalismo implica que los proyectos como la
Iniciativa del Café también generan la desigualdad y la profundización de las
divisiones de clase. De los 80 millones de pequeños agricultores en Etiopía que
se sostienen de la agricultura, unos 30 millones viven en la mayor miseria. La
Iniciativa del Café afecta una parte minúscula de ellos, quizás unos 90.000 de
los 15 millones de etíopes que trabajan en la industria cafetalera. Los
agricultores que reciben esta ayuda y acceso al mercado mundial tendrán una
ventaja competitiva en comparación con los demás pequeños agricultores. A pesar
de que los pequeños agricultores comenzaron en condiciones más o menos iguales,
la competencia capitalista hará que la brecha crezca entre los que reciben
ayuda y acceso, y los que no, y muchos irán a la bancarrota.
Las
estructuras que refuerzan el capitalismo imperialismo
Siguiendo con nuestro ejemplo de la inversión de la Fundación Gates en los caficultores de Etiopía, ¿qué quiere decir eso de que Estados Unidos lleva al mundo estructuras que refuerzan el capitalismo imperialismo?
Como hemos visto, los proyectos de desarrollo capitalistas imperialistas, sean emprendidos sin fines de lucro o con ánimo de lucro, llevan a una masiva desigualdad y miseria, generando a su vez el sufrimiento en masa, la indignación y, muchas veces, oposición. ¿Así que cómo se mantiene ese arreglo económico? Se lo mantiene mediante estructuras políticas que refuerzan el imperialismo: tanto la imposición a la fuerza de proyectos económicos, como la represión de la población en general.
Siguiendo con nuestro ejemplo de la inversión de la Fundación Gates en los caficultores de Etiopía, ¿qué quiere decir eso de que Estados Unidos lleva al mundo estructuras que refuerzan el capitalismo imperialismo?
Como hemos visto, los proyectos de desarrollo capitalistas imperialistas, sean emprendidos sin fines de lucro o con ánimo de lucro, llevan a una masiva desigualdad y miseria, generando a su vez el sufrimiento en masa, la indignación y, muchas veces, oposición. ¿Así que cómo se mantiene ese arreglo económico? Se lo mantiene mediante estructuras políticas que refuerzan el imperialismo: tanto la imposición a la fuerza de proyectos económicos, como la represión de la población en general.
Fíjese
el estado etíope respaldado por Estados Unidos. Ahora mismo intenta desalojar
de sus tierras por la fuerza a miles de pequeños agricultores y pueblos tribales,
con el fin de abrir camino para proyectos patrocinados por el imperialismo,
incluidas unas plantaciones de azúcar. El régimen ha implementado “reformas
económicas” para facilitar la inversión mundial en mercados de materias primas,
a la vez que reprime con violencia la oposición al estatus quo intolerable y
dominado por el imperialismo. Solo durante este año, los grupos de derechos
humanos informan que el gobierno etíope ha perseguido a periodistas, blogueros
y otros opositores, ha detenido y torturado a manifestantes, y sigue oprimiendo
a los pueblos minoritarios. La Iniciativa del Café de Gates es objetivamente
una parte de mantener esta estructura de opresión, al crear dentro de Etiopía
una base que apoya una economía y un estado orientados hacia el imperialismo.
Un
imperio que refuerza un MUNDO de explotación
Es
más, lo que se ve en el ejemplo de Etiopía es la realidad mundial. Ese tipo de
desigualdad grotesca y severa pobreza, el tumulto social y crisis provocados
por la anarquía de capital, que suscita una competencia interminable para sacar
mayores ganancias: todo eso requiere la aplicación de violencia para mantenerlo
en vigor. Por eso, cuando un banco exige que los agricultores rurales o los que
viven en ciudades miseria se vayan a otra parte, hay escuadrones de la muerte y
policías y soldados para hacer que se cumplan. Ésta es una razón por la que
Estados Unidos respalda a tiranos despiadados por todo el mundo.
Las
estructuras para reforzar el imperialismo incluyen la represión violenta de la
resistencia y rebelión de los oprimidos. Pero el imperialismo también significa
el conflicto y la guerra entre potencias reaccionarias rivales, invasiones, el
respaldo de tiranos brutales, golpes de estado, y crímenes de guerra llevados a
cabo por ejércitos subsidiarios. En países como Etiopía, en regiones cruciales
como el Medio Oriente y en una escala mundial, la dominación estadounidense se
enfrenta al desafío constante de importantes rivales capitalistas, potencias
regionales y reaccionarios “actores renegados” como el EIIL: todos ellos
también impelidos por las reglas y obligaciones del sistema.
Miremos
el caso de Etiopía. Es un estado muy poblado y relativamente estable en el
Cuerno de África, el cual es una región estratégica y muy volátil, donde hay estados
fallidos, plazas fuertes del EIIL, aliados de Irán, y que es objetivo de una
rivalidad entre las grandes potencias. En vista de eso, Estados Unidos ha
forjado una relación con el régimen y con las fuerzas armadas etíopes en aras
de reforzar los intereses políticos y militares estadounidenses en la región,
inclusive en su contienda con potencias rivales y, de particular importancia
actualmente, con las fuerzas reaccionarias que representan amenazas al
funcionamiento del capitalismo imperialismo mundial y al papel de Estados
Unidos en eso. La colaboración de Etiopía en asuntos militares y de
inteligencia es una parte clave de la “guerra contra el terror” y de intentar
mantener un dominio estadounidense en el Medio Oriente y el norte de África.
Así
que la necesidad de extender el capitalismo imperialismo y las estructuras que
lo refuerzan explica por qué Estados Unidos invierte enormes sumas en aviones
no tripulados (drones), bombas, tecnología de espionaje, armas nucleares y
soldados. Explica por qué Estados Unidos gasta más en sus fuerzas armadas que
China, Rusia, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Japón e India en conjunto. No es
porque algún “complejo militar-industrial”, que opera fuera del funcionamiento
y las necesidades del imperio estadounidense, haya corrompido el sistema
político estadounidense. Las masivas fuerzas armadas estadounidenses refuerzan
un mundo de explotación y el papel de Estados Unidos a la cabeza.
Para
cambiar el mundo, hay que arrancar el problema de raíz
Éstas son las reglas del sistema y nadie puede escaparlas, y aunque algunas personas salen un poco mejor paradas, este sistema jamás podrá liberar a las personas en masa. Por eso Estados Unidos es incapaz de hacer “el bien” en el mundo, incluso cuando trata de hacerlo.
El ejemplo que examinamos aquí es un microcosmos de cómo el capitalismo imperialismo tiene que operar de acuerdo a unas reglas que descartan los intereses de la humanidad, sin importar la intención de los propios capitalistas.
Éstas son las reglas del sistema y nadie puede escaparlas, y aunque algunas personas salen un poco mejor paradas, este sistema jamás podrá liberar a las personas en masa. Por eso Estados Unidos es incapaz de hacer “el bien” en el mundo, incluso cuando trata de hacerlo.
El ejemplo que examinamos aquí es un microcosmos de cómo el capitalismo imperialismo tiene que operar de acuerdo a unas reglas que descartan los intereses de la humanidad, sin importar la intención de los propios capitalistas.
Arrancar
de raíz la explotación y la opresión requiere el derrocamiento del imperialismo
y de las estructuras políticas que lo refuerzan.
Y eso requiere una revolución para llegar a un mundo totalmente distinto, un mundo que eliminará el horrible desequilibrio que existe entre la vasta mayoría de países como Etiopía y el puñado de potencias imperialistas.
Y eso requiere una revolución para llegar a un mundo totalmente distinto, un mundo que eliminará el horrible desequilibrio que existe entre la vasta mayoría de países como Etiopía y el puñado de potencias imperialistas.