jueves, 22 de marzo de 2012
LA OROYA: HISTORIA Y CIENCIA AMBIENTAL
Por William Palomino
A inicios del Siglo XX, los miembros originales de La Oroya fueron agricultores, mineros temporales, rentistas y empleados del ferrocarril, “era un centro comercial donde los productos mineros y agropecuarios eran embarcados, estaba destinada a ser un centro industrial de envergadura” (Cerro de Pasco Corporation, revista El Serrano, 1971, 260:8). Muy cerca a La Oroya había cinco haciendas y dos comunidades campesinas, una de las haciendas (Huaymanta) era de la familia Santa Maria dueño de la Compañía Mercantil de La Oroya (The Haciendas of the Cerro de Pasco Corp.,” Mining and Mettalurgy 26:568-71)
En 1912, entra la Cerro de Pasco Corporation (CPCP) y empieza a comprar las tierras de la región incluyendo la totalidad de las propiedades de la Cia Mercantil de La Oroya, pronto hacen un denuncio y se apropian de las aguas del rió Yauli (Laite, A. J., “Industrialization and Land Tenure in the Peruvian Andes,” University of Manchester, 1972.) Construyen la planta de La Oroya en 1917 por tres razones: la producción minera de la CPCP aumenta considerablemente, los gastos de transportación en llevar el mineral de Morocota a Cerro de Pasco y luego de regreso para llevarlos al Callao eran costosos, y porque La Oroya ya tenia un ferrocarril construido por el Estado que conecta el centro del Perú con la costa.
En 1922 el pueblo de La Oroya sufre el primer accidente de envergadura cuando dos hornos de fundición explotan causando decenas de obreros muertos y heridos, animales y un dañó irreparable a plantas y animales (The Evolution of Industrial Mining Systems of Peru, Adrian Dewind, 1977; Engineering& Mining Journal, Vol. 1-177, New York 1923).
Todo el pueblo protesto (hasta los hacendados), pidiendo la expulsión de la CPCP. Los soldados llegan de Lima en apoyo a la transnacional reprimiendo al pueblo. El gobierno promulga con celeridad una Ley de Tierras favorable a la CPCC. La trasnacional compra las 27 haciendas afectadas por la contaminación, se apropia de un total de 1,047 millas cuadradas de tierra, incluyendo varias minas para mantenerlos en “reserva”. La CPCP pago una multa voluntaria de $14,500 al gobierno por la explosión (CPCP, Informe de la División de Ganadería ,1926). En esas haciendas criaron ganados para abaratar los costos del enclave minero y alimentar a sus empleados (es verdad que trajeron unos cuantos ganados finos).
El gobierno también promulga la Ley de Aguas para darle a la CPCC todo el control de las aguas de la región convirtiéndose en el monopolio con mas influencia en la agricultura y las zonas pastizales. Debido a la escasez de lluvias en los meses Abril-Septiembre, la empresa construye varios reservorios y represas. Las ranas y truchas que se vendían abundantemente en el Mercado de La Oroya desaparecen, los relaves, escorias y otros subproductos de la mezcla del mineral con productos químicos van directo al Mantaro y los lagos matando a los animales (Dourojeanni, M. Revista Forestal del Perú II 2: 3-52). Los campesinos abandonan sus tierras (a diferencia de los gamonales por ley ellos no podían vender sus tierras), muchos vinieron a La Oroya en busca de trabajo y otros se internaron en zonas más lejanas y hospedas (Julio Cotler & Felipe Portocarrero, Latin American Peasant Movements, Cornell University, 1969).
Las aguas de la fundición de La Oroya vienen de los lagos Huallacocha, Punacocha, Huacracocha y Huascacocha (cocha en Quechua significa lago). El flujo es controlado por una represa. Las aguas del lago Junin, Punrun y Malpaso alimentan a la planta de Malpaso.
El complejo fue nacionalizado en 1974 por el gobierno militar de Velasco, pasando al control de Centromin Perú S.A. que opero de 1974 a 1997. La nacionalización de la CPCC el 1/1/74, en realidad, fue una farsa negociada con la misma compañía y EEUU. Esta nacionalización le saco a CPCC de las minas subterráneas (más costosas) para llevarlo a las minas de tajo abierto (e.g., Cuajone) con menos mano de obra y mayores ganancias. En vez de terminar la dominación transnacional de nuestro país estos expandieron su influencia continuando la vigencia de leyes entrequistas a favor de las trasnacionales. Bajo Centromin, La planta de La Oroya continuo los planes de producción, métodos tecnológicos, política laboral, y contaminación ambiental de la CPCP. En 1997 Doe Run gana la subasta publica del complejo metalúrgico, asumiendo el compromiso de ejecutar su PAMA de 1997 a enero 2007. Ya van cinco anos de retraso y Doe Run sigue burlandose de los peruanos con complicidad de los gobiernos de turno. Doe Run no debe reanudar operaciones sin cumplir el PAMA.
1. Doe Run debe minimizar o contener la emisión de dióxido de azufre, primero construyendo una planta de acido sulfúrico y luego ventilando y encapsulando el edificio de la refinería (con bolsas de filtro con membranas de teflón) para controlar las emisiones fugitivas (tal como lo hicieron en Herculeneum el 2001). La máxima cantidad de plomo que sale de la chimenea no debe ser mayor de 1.5 microgramo/metro cúbico (media aritmética trimestral). Las plantas de acido sulfúrico y tratamiento de aguas contaminadas deben ser construidas e instaladas ahora mismo. Caso contrario, su postergación y nuestro silencio serán juzgadas por las generaciones futuras (en especial los niños envenenados con plomo) como una complicidad con los crímenes de Doe Run.
2. Doe Run debe minimizar y eventualmente eliminar los metales pesados toxicos que salen de la planta vía agua al rió Mantaro. Para tal efecto debe presentar un plan de control de las descargas toxicas al rió, incluyendo una evaluación integral de los suelos, sedimentos y agua subterránea y superficial contaminadas para poder desarrollar un análisis de dañó a los recursos naturales y eventualmente su limpieza.
3. Analizar continuamente el agua potable de La Oroya y otros pueblos cercanos impactados por el plomo de Doe Run, el máximo nivel permisible de plomo en el agua potable es CERO.
4. La educación sanitaria y los comedores populares gratuitos, y la construcción de un hospital son también componentes importantes, estos programas no-solo deben continuar sino deben intensificarse.
5. Doe Run debe instalar por lo menos 8 monitores de plomo y SO2 en el aire para ser usados en el borde de la planta y las áreas mas afectadas de la ciudad. El monitoreo debe ser continuo (24x7), el plomo no debe exceder de 1.5 micro gramos de plomo/ por metro cúbico de aire.
6. Los PAMAS (Programas de Adecuación del Medio Ambiente) en las minas del centro del Perú, incluyendo el de La Oroya, son insuficientes para proteger la salud humana y el medio ambiente (informe del subgrupo de trabajo de la Comisión de Energía del Congreso, Marzo 27, 2005). Esto implica que la llamada PEMA de Doe Run debe anularse inmediatamente por ser atentatorio a la salud el pueblo oroino y el PAMA de la cia Volcán en Cerro de Pasco debe modificarse para incluir requerimientos adicionales.
7. Declarar en emergencia la salud de los pobladores de La Oroya, Morococha y Cerro de Pasco.
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