Representante de la derecha peruana, gran burguesia.
En el gobierno de Belaunde (1980-1985) las acciones contrainsurgentes estaban
principalmente a cargo de los “sinchis”, cuerpo especial de policías antisubversivos
organizado en la base de Mazamari, cerca de Satipo. Ellos habían aniquilado las
guerrillas de los 60’s. Pero la zona de emergencia en Ayacucho estaba al mando
de un general del ejército. Se suponía que las FFAA
solo prestaban apoyo a las fuerzas policiales, en realidad ya existía
intervención militar directa en las operaciones. Por ejemplo, en diciembre del
82, el general Noel ordeno liquidar a prisioneros y sospechosos de actividades
subversivas (confirmado en la entrevista a un policía en la TV por el
periodista Hildebrant en 1991). Noel ordeno asesinar a subversivos
hospitalizados en Ayacucho. El mismo General Noel mataba y hasta hizo construir
un horno para quemar vivos a seres humanos. Belaunde planeaba aniquilar al PCP
en menos de tres meses. Por eso al principio los llamó abigeos, pero al darse
cuenta que se trataba de una poderosa guerrilla ordeno a las FFAA estudiar la
guerra revolucionaria. Las FFAA actuaban en operaciones limitadas y selectas
con las fuerzas policiales. Así las FFAA entraron con ventaja y de inmediato
puso en marcha el plan de acción diseñada por el Pentágono: utilizar masas
contra masas, contraponer nativos contra nativos. Primero pusieron en acción a
licenciados y campesinos ligados al gamonalismo que tenían infiltrados en el
campo desde los 70’s, sobre esta base montaron una red de agentes, infiltrados,
espías y soplones. Pero eso no era suficiente, con la ayuda de las autoridades
y militares disfrazados de campesinos formaron las “mesnadas” paramilitares
para desatar el terror blanco en el campo: robar todo, quemar todo y matar a
todos. Así agruparon a la gente de las zonas aledañas para formar nucleamientos
bajo directo mando militar organizadas en “rondas” y “comités defensa” que les
sirva no solo para desatar el terror blanco sino como carne de canon o
parapetos contra las guerrillas, así sufrieron 2,600 bajas.
¿Por qué las
Fuerzas Armadas asesinaban periodistas?
Al principio periodistas nacionales y del
extranjero visitaban Ayacucho identificándose confiadamente en los controles de
carretera, hasta daban su itinerario a la oficina de “relaciones publicas” del
comando político-militar. Pero para implementar una guerra sucia que termine de
despoblar una región con terrorismo estatal (secar el agua para matar al pez)
necesitaban eliminar periodistas (dar ejemplos de escarmiento para no tener
testigos). En Uchuracay, las fuerzas
armadas desaparecieron al pueblo, sus habitantes fueron asesinados o se
escaparon. Los 8 periodistas aniquilados por las fuerzas del orden (disfrazados
de campesinos) querían averiguar los detalles de la operación militar, hasta
querían sacar fotografías. Los militares los aniquilaron (la Comisión Vargas
Llosa le echo la culpa a los propios campesinos). En Lima, un emisario del
Ministro del Interior Fernando Rincón, explica que los periodistas habían
llegado a Uchuraccay dando vivas al Partido Comunista y agitando la bandera
roja. Noel repitió la misma historia en una conferencia que dio en el cuartel
los Cabitos (Revista Ayllu, 13/11/91). Un periodista sabía toda la verdad, el
que se había quedado dormido y no acompaño a los 8 periodistas, esa era nada
menos que Luis Ortega, corresponsal
del Diario, había logrado fotografiar a los victimarios. El General Noel se enteró
y lo mando asesinar en la puerta de su casa en Ayacucho. Más tarde, el 91, el
mismo Fujimori mando asesinar al testigo del crimen del periodista Luis
Morales. Hasta ahora ese crimen esta impune. A los 8 periodistas se le
enterraron en fila india dos en cada tumba, un método aprendido de los manuales
de guerra de baja intensidad de los EEUU.
¿Cuantos
desaparecidos hubo en su gobierno (80-85)?
1,473 desaparecidos. Amnistía Internacional
catalogo al Perú como el país con más desaparecidos en el mundo.
¿Qué es la
Comisión de la Verdad?
Un fraude, un gasto inútil de los recursos del
Estado para repetir lo que todos saben: El PCP le declaro la guerra al Estado.
La rebelión se justifica por la pobreza aguda. El mundo entero sabe que las
fuerzas armadas usaron el terrorismo de Estado y el genocidio contra el pueblo
para combatir a las guerrillas, por lo tanto las FFAA son culpables de la gran
mayoría de las muertes. El pueblo sabe que los genocidios lo cometieron las
FFAA y policiales (cerca de 25,000), pero la CVR con seudo estadística infla la
cifra de víctimas fantasmas para achacárselos al PCP.
¿Qué es la
violencia?
La violencia es patrimonio de las clases dominantes
en cualquier país del mundo, Perú no es la excepción. El imperio lo ha usado a
través de toda su historia para invadir y subyugar pueblos, en el Perú desde el
"conquistador" Pizarro al "nacionalista" Humala su uso es
generalizado como parte de la opresión y control de una clase sobre otra. Lo
raro e inaceptable es la violencia de los oprimidos contra sus opresores, a esa
violencia revolucionaria organizada y selectiva del PCP se les combate como
“terrorismo” o "narcoterrorismo". Reagan empezó a tildar de
terrorista a todo movimiento revolucionario. Lo grave es que el PCP ha tomado
las armas para derrumbar el viejo orden, a esa amenaza se le combate con todos
los medios disponibles llegando al genocidio. Mariátegui decía que solamente
destruyendo el viejo orden se podía generar un nuevo orden social. El PCP uso
la violencia revolucionaria como Partido, con un plan, con un Ejército, con un
frente. La imputación de terrorista al PCP es una infamia.
¿Cómo fue la
respuesta gallarda al terrorismo del demócrata, humanista y cristiano Belaunde?
El gobierno autoriza los genocidios militares en
Huambo, Iquicha, Huaychao y Uchuraccay. El 83 ordena el aniquilamiento del
campesinado y la destrucción de comunidades y pequeños poblados; en Espite,
provincia de Cangallo, en junio dispone el ametrallamiento del pueblo de
Vinchos a los que se escapaban a los cerros les arrojaron granadas; y en Paccha,
Huamanga, la mayoría de la población fueron pasados por las armas y el resto
fueron enviados a Lima. En julio, en la ciudad de Ayacucho los escuadrones de
la muerte de la marina y el ejército empezaron a arrojar cadáveres
monstruosamente torturados en las calles; en los dos meses anteriores a las
elecciones municipales de noviembre arrojaron a más de 800 cuerpos rematados
después de bestial tortura. En Sivia, provincia La Mar, en noviembre como
represalia a una emboscada sufrida por el Ejército, ordenó el arresto de 60
personas de los cuales mando al ejército asesinar a 20. En Sillco, provincia de
Huanta, el ejército lanzo granadas y disparo contra las masas y en Soccos,
provincia de Huamanga, el destacamento policial del lugar asesino a más de 50
personas reunidos en una fiesta de matrimonio, luego de torturarlos
oficialmente murieron 37. En Ayacucho formaron los primeros campos de
concentración y los grandes centros de tortura masiva controladas por el
Ejercito en el cuartel “Los Cabitos” de la ciudad de Ayacucho, allí mismo Noel
ordeno construir un horno para quemar los cuerpos de los revolucionarios
maoístas, otros campos de concentración fueron los de Totos en Cangallo hasta
julio del 83 con 100 enterrados clandestinamente y Qoisa y Pichari (La Mar); y
en Huanta a cargo de la Marina donde degollaron a más de 20 personas, se
enterraron vivos a los más torturados y los nuevos prisioneros fueron obligados
a cavar las fosas de más de 3 metros de profundidad y fueron empujados a las
mismas, mientras otros eran arrojados atados de pies y manos; Allá la tortura
era brutal y sádica, para aterrar al pueblo, la Marina clavaba en estacas
cabezas degolladas. En la zona de San Francisco las FFAA asesinaron a 150
personas.
¿Cómo fue el
trato de las FFAA y policiales frente a la niñez en la lucha contrasubversiva?
Las FFAA y policiales, incluidas las rondas
paramilitares controladas por el ejército, no distinguían a los niños de los
adultos, ni a las mujeres y ancianos. El 3 de agosto del 84, 17 adolescentes y
niños fueron torturados hasta que mueran en Cocahuichun, sus cadáveres fueron
arrojados en la Vía Libertadores; en el Departamento de Huancavelica, entre el
15 y 23 de octubre, operativo del Ejercito asesina a 75 campesinos en Milpo y
15 en Pillo-Pachamarca, muchos de los víctimas fueron adolescentes. En
Remillapata fusilan a dos niños de 9 y 11 años junto con su madre y padre que
era Comisario de Seguridad del nuevo poder y en Moyopampa un comisario maoísta
junto a sus 2 niños de 2 y 5 años fueron aventados a una casa ardiendo. En
Bacón incursionan 70 marinos y asesinan 18 campesinos, entre ellos 6 niños,
cuyos cadáveres se llevan; un tercio de muertos fueron niños, es que el
asesinato de niños fue una política persistente para amedrentar y doblegar a
los padres y escarmentar a los revolucionarios; y para ganarse a las almas
aterrorizadas del pueblo y en despreciativo sarcasmo, las FFAA volvía con
alimentos siendo justa e iracundamente rechazados.
¿Cómo las
fuerzas del orden le imputaban de sus crímenes a la guerrilla?
Esta era otra política usual de las fuerzas del
Estado que comúnmente se disfrazaban con ropas campesinas para cometer
atropellos, saqueos, violaciones, incendios, arrasamientos y espeluznantes
crímenes incluyendo particularmente niños, e imputarlos a los guerrilleros y
así buscar contraponerlos a las masas, una muestra de esto es el aniquilamiento
de 50 campesinos por la Marina en el lugar denominado Azángaro a 20 kilómetros
de Luricocha en agosto del 84. Otro es la emboscada de Pichari en el cual
fuerzas maoístas destruyeron un contingente militar, en represalia la
benemérita “guardia civil” paro un camión que traía pasajeros y los bajaron y
aniquilaron a 20 pasajeros; fuerzas del Ejército Guerrillero Popular los
enterraron, pero se les imputo el asesinato. En Huamanguilla el ejército
asesino a 9 campesinos, pero a uno de ellos lo quemaron, este método es muy
usual para amedrentar a los comunistas o guerrilleros en el terreno de los
hechos y en la prensa nacional imputarles de esos crímenes a la guerrilla (mi
gobierno tuvo todos los medios de información a disposición). En Chuschi a un
campesino le ataron dinamita al cuerpo y lo volaron mientras los soldados
gritaban: “así mueren los terrucos”. En el operativo de Incaraqay, el 10 de
enero del 83 una columna del ejercito entro al poblado y luego de saquear las
casas y violar a las mujeres, quemaron 500 viviendas; y el exterminio llega
hasta hacer desaparecer pueblos, así el 15 de julio del 83 el Ejercito con el
apoyo de las Comités de Defensa aniquilo a toda la población de Quinuas y
desapareció el pueblo totalmente, borrándolo del mapa. El 22 de agosto del 84,
el operativo de la Marina en Sivia, en represalia por emboscada, apreso a 50
jóvenes indiscriminadamente y los fusilo, de esta manera emulando a los
fascistas alemanes que incendiaron Europa en la Segunda Guerra Mundial, como
regala asesinaron a 10 hijos del pueblo por cada miembro de la Marina que cayó
en combate. Y el 10 de noviembre de 1984, la Marina con el apoyo de la Guardia
Republicana remata a 40 campesinos en Quimbiri, luego de torturarlos
salvajemente en Luisiana.
¿Y las fosas
comunes?
El 19 de agosto del 84, se encontró una fosa con 10
cadáveres en la Vía de los Libertadores; el 22/8/84 una fosa de 30 muertos en
la carretera Huanta-Mayo, a 30 km de Huanta. El 23/8/84 se encontraron 7 fosas
con 89 cadáveres en Pucuyacu, el mando político-militar de la zona era el
general Adrián Huaman Centeno y el responsable directo era el capitán de
corbeta Álvaro Artaza Adrianzen (alias el Camión), al primero Alan García
intento volverlo a nombrar jefe en el mismo Ayacucho y el “socialista”
Barrantes lo apelaba “el general campesino”, al segundo el gobierno de García
Pérez lo ascendió y fue enviado a España para protegerlo. Recientemente fue extraditado
de EEUU. El mismo día 23/8/84 se encontró fosa con 30 cadáveres en Ayahuarcana
(Macachacra); el 25 otras fosas en quinua y Muyuri, el 28 una fosa con 12
degollados en Cocahuichaca, Vía de los Liberadores, otras 5 en Víctor Fajardo,
etc. que no merecieron atención alguna de las autoridades o los medios de
prensa controlados por los grandes grupos de poder, por el afán de ocultar el
genocidio era mas fácil de imputar de sus crímenes al PCP o declarar que el PCP
es culpable porque la “rebelión no se justifica”. Así el gobierno
acciopopulista que inicio el gran baño de sangre en el país termino totalmente
empapado en ella. Una lección que nos dejó su gobierno: cuanto más pregonan los
gobiernos de turno del Estado “derechos humanos”, “democracia” y “paz”, mas
hambre, mas miseria, represión, terror y muerte hasta el genocidio desencadenan
furibundos contra el pueblo peruano.
Y vista de estos innumerables crímenes de lesa
humanidad tienen el gran cinismo de hablar de Lucanamarca.