Hector Bejar se había iniciado como político en la facción de Eudocio Ravines del Partido Comunista (PCP), muchos años después de la muerte de su fundador el Amauta Jose Carlos Mariategui. Ravines fue un aprista que fue infiltrado por la CIA en el PCP y que luego de ser detectado a finales de los 50’s fugó a Mexico donde escribió su testamento contrarrevolucionario “la gran estafa”.
Bejar reapareció en los 60’s dizque fundador del llamado “Ejército de Liberación Nacional”, lo sorprendente es que sus miembros se entregaron a la policía y algunos fueron capturados en menos de tres meses así traicionado los planes del guerrillero genuino Luis de la Puente Uceda. En su libro “las guerrillas del 65”, Bejar se pinta a sí mismo como un genuino Robin Hood.
El 68, el general Juan Velasco Alvarado, ex jefe de inteligencia de las FFAA, da un golpe de estado y libera a Hector Bejar de la carcel para convertirlo en su asesor personal. Bejar se puso a trabajar contra el movimiento popular, especialmente contra el reconstituido PCP. Con este propósito, Bejar conjuntamente con otros personajes oscuros de la inteligencia yanqui como Carlos Delgado y Gonzales Posada (el cuñadismo) no solo espían al gobierno militar que coqueteaba con la URSS comprándole armas, sino fundaron una organización siniestra de espionaje y control de masas, el SINAMOS.
Al inicio y durante la guerra popular dirigida por el PCP, muchos de los intelectuales tipo Hector Bejar (de doble filo) como Carlos Tapia, Degregori, etc. se beneficiaron con financiamiento y ayuda logística del imperialismo para combatir la revolución por medio de propaganda y desinformación. Les organizaron ONGs ingresando a sus bolsillos millones de dólares para desarrollar estudios y combatirlo como “terrorista”, “narco terrorista”, “mesiánico”, y hasta “impulsores del neoliberalismo”. Bejar fue dueño de la ONG CEDEP, Tapia de CEDREP, Degregori del IEP, etc.
Hoy en día, Hector Bejar sigue cumpliendo su tarea contrarrevolucionaria. Léanos el comentario de Jhonatan ChávezBoy:
“Héctor Bejar sostiene que Sendero fue un enviado por el neoliberalismo precisamente para imponer su política económica. Así decía Haya de la Torre, que Mariátegui fue un agente contrarrevolucionario que no permitió que el APRA "antiimperialista" tome el poder para el pueblo. Lo mismo diríamos que De la Puente Uceda y Héctor Bejar fueron el pretexto para desatar persecución contra los izquierditas en la segunda mitad de la década del 60. O sea, en la lógica de este señor, que fue mi profesor de política socialista y de lo cual no tiene nada, Atahualpa sería un pretexto (otros más estúpidos dirían que fue enviado por los enemigos) para acabar con los incas; es más, desde esa óptica tonta diríamos que Túpac Amaru fue un enviado de los virreyes que lo utilizaron para desatar persecución a los rebeldes. No pues...En fin, qué se puede esperar de una persona que renegó de su partido y sus principios para terminar sirviendo en el gobierno de la gran burguesía nacional contrarrevolucionaria y anticomunista encabezada por Velasco, que sí sirvió para evitar el desborde de la rebelión.”
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